Cultura y Comunicación - Prensa Escrita

12:33


Prensa escrita

Se denomina prensa al conjunto de publicaciones impresas en papel, de tirada diaria o periódica, destinadas principalmente a difundir información o noticias, en especial sobre la actualidad, pero también para entretenimiento (cómics y pasatiempos). La prensa diaria se distingue por la impresión en papel barato, al contrario de las revistas, más ilustradas a color e impresas en mejor papel. Esta última forma de publicación ha experimentado una gran diversificación que le ha permitido resistir mejor a la competencia de los medios de comunicación electrónicos, tales como la televisión, la radio, la Internet, etc.

Funciones

La prensa posee, como todo medio de comunicación, las funciones de informar, persuadir, promover, formar opinión, educar y entretener.

Explicación general

La variedad general se publica una vez al día (de ahí la frase "prensa diaria"), algunas veces con excepciones para los domingos y los festivos nacionales. Otra variedad, menos grande y prestigiosa, se publica una vez a la semana (semanarios).

Diversos países tienen al menos un periódico que circula por todo su territorio; un diario nacional, a diferencia de un diario local que trata de una sola ciudad o región. Estados Unidos y Canadá son una excepción parcial a esta tendencia, ya que no cuentan con casi ningún diario de enfoque y distribución universal dentro de sus territorios.

El dueño o encargado se llama editor. La persona encargada del contenido se llama director, director jefe o director ejecutivo.

Historia

Hace siglos que los gobiernos hacen circular diarios regulares de sus acciones. Julio César, el emperador romano, hizo circular una lista de eventos, llamada Acta Diurna ("eventos del día", en español), durante la República Romana, en el año 59 a. C., y hubo una publicación del gobierno imperial chino en el año 413 d. C. que se llamó Noticias Mezcladas), pero las versiones tempranas no alcanzaron mucho éxito o distribución sin la impresión masiva que se alcanzó gracias y a partir de Gutenberg. La prensa escrita apareció bajo forma de hojas sueltas a finales del siglo XV (la invención de la prensa de papel data de los años 1450). Durante los siglos siguientes empezaron a crecer numerosos periódicos (el periódico más viejo que aún opera hoy en día es el Post-och Inrikes Tidningar de Suecia, fundado en 1645), pero fue a partir de mediados del siglo XIX cuando se experimentó un gran desarrollo.

En 1884, Otto Mergenthaler inventó la máquina del linotipo, que moldea líneas enteras de letras con plomo caliente. Este invento inició toda una época de trabajo que duró por casi un siglo. En 1962, el diario Los Angeles Times empezó a acelerar sus linotipos con cintas perforadas de computadoras RCA, después de automatizar la alineación y los hifenes en el texto en columnas. Esto aumentó la eficiencia de los operadores manuales de los linotipos en un 40 por ciento. En 1973, la corporación Harris introdujo terminales de corrección electrónicos, que fueron imitados por las corporaciones Raytheon, Atex y Digital Equipment Corporation, entre otras. Estas terminales entregaron tiras de tipo sobre película de fotofijadoras de letra (la denominada letra fría, que reemplazó a la letra caliente de los linotipos).

Difusión o circulación y audiencia

Al número de ejemplares vendidos en un solo día se le llama difusión o circulación, y se usa como una forma de definir las escalas de precios para avisos publicitarios.

La empresa de la prensa

Para la mayoría de los periódicos, su mayor fuente de ingresos es la publicidad. Lo que ganan de la venta de ejemplares a sus clientes suele equivaler a algo más de lo que cuesta la impresión del producto. Es debido a esto que el precio de los periódicos es relativamente bajo.

Los editores de periódicos siempre buscan mayor difusión para así ganar más dinero por la venta de publicidad debido a la mayor eficacia de publicitar en sus hojas. Sin embargo, algunos sacrifican una mayor difusión a cambio de tener una audiencia más rica (un grupo demográfico más atractivo a los empresarios).

Inicios del periodismo escrito

Ya que los periódicos empezaron como registros de sucesos contemporáneos (journales), esta profesión comenzó a llamarse periodismo, o, en inglés, journalism. Se ha enfatizado mucho el valor del periodista para ser preciso y justo en el registro histórico.

Durante la era del periodismo "amarillo" del siglo XIX, muchos diarios norteamericanos se concentraron en la difusión de historias sensacionalistas que pretendían enojar o excitar, en lugar de informar. Sin embargo, este estilo de prensa se dejó de lado durante la Segunda Guerra Mundial, para volver al periodismo tradicional.

La crítica al periodismo es variada y a veces vehemente. Las acusaciones de sensacionalismo han disminuido en cierto grado. Pero la credibilidad se cuestiona debido a las fuentes anónimas, errores en los hechos, la gramática, y el deletreo; parcialidad real o imaginada; y escándalos de plagio y fabricación. Los editores muchas veces han usado su propiedad como juguete de rico o como una herramienta política.

Aunque las opiniones de los dueños muchas veces son relegadas a la páginas denominadas editorial, y las de los lectores a la página "op-ed" y a la sección de cartas al director, los diarios han sido usados varias veces para fines políticos insinuándose algún prejuicio en las "noticias" comunes. Por ejemplo, los derechistas norteamericanos acusan a The New York Times de un prejuicio izquierdista, mientras que los movimientos de carácter popular le acusan de apoyar casi siempre al Establishment político estadounidense. The Wall Street Journal, por otro lado, tiene fama de enfatizar la posición de la derecha radical.

Algunas medidas tomadas por los diarios con el fin de mejorar su credibilidad son: tener voceros, desarrollar políticas y procesos de entrenamiento de ética, usar políticas de autocorrección más duras, comunicando sus procesos y razones fundamentales con sus lectores, y pidiendo a las fuentes que revisen los artículos después de imprimirlos.

Historia de la Prensa Escrita argentina

La Conquista y la Colonia

En tiempos de la conquista no había nacido aún la prensa moderna, aunque algunos consideren a los cronistas como precursores del periodismo escrito. Entre tales testimonios destacan el del alemán Ulrico Schmidel, soldado de la expedición de Pedro de Mendoza, quien en 1567 escribió la primera narración cronológica sobre los sucesos acaecidos en el Río de la Plata.

A comienzos del siglo XVIII la Compañía de Jesús introdujo la imprenta en estas tierras, con el propósito de poner libros de catecismo al alcance indígena. En 1758 instaló una en Córdoba, la que luego de la expulsión de la orden fue trasladada a Buenos Aires por orden del Virrey Vértiz, recibiendo el nombre de Real Imprenta de Niños Expósitos. De sus talleres saldrían en 1871 las Noticias recibidas de Europa por el Correo de España por vía del Janeiro y el Extracto de las noticias recibidas de España por la vía de Portugal.

En 1801 se editó el Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata por obra de Antonio Cabello y Mesa, publicación en la que se destacaron Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Manuel Medrano, Domingo de Azcuénaga, el deán Gregorio Funes y Pedro Cerviño. En 1802 fue clausurado por la censura, habiendo alcanzado su colección los 110 números y 4 suplementos.

Poco después salía a la luz desde la misma imprenta el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio por obra de Juan Hipólito Vieytes. Durante casi cinco años fue un órgano de defensa del desarrollo agrícola y el libre cambio y dejó de aparecer por la invasión a Montevideo, donde los ingleses editaron durante su permanencia The Southern Star (La Estrella del Sur) en edición bilingüe.

En 1809 el Virrey Cisneros impulsó la edición de la Gaceta de Gobierno, órgano de difusión de las ideas coloniales y de la documentación oficial, que alcanzó los cincuenta números. A comienzos del año siguiente, Manuel Belgrano emprendió la publicación semanal del Correo de Comercio, bajo el lema: “una acusación contra el gobierno español...”, propiciando el libre desarrollo comercial e industrial.

La Revolución de Mayo

El 7 de junio de 1810 Mariano Moreno fundó La Gaceta de Buenos Aires, piedra fundamental del periodismo revolucionario de nuestra etapa independiente. Es en reconocimiento a su figura que en esa fecha se celebra en nuestro país el Día del Periodista. Durante sus once años de vida la publicación congregó a figuras notables como Manuel Belgrano, el citado Deán Gregorio Funes, Pedro Agrelo, Nicolás Herrera, Julián Álvarez y Manuel Antonio Castro, entre otros.

En los años siguientes la actividad periodística se fortaleció. Aparecieron Mártir o Libre de Bernardo de Monteagudo; El Censor, de tendencia más moderada, dirigido por Vicente Pazos Silva; y El grito del Sud. Sin embargo, fue El Redactor de la Asamblea, dirigido probablemente por Fray Cayetano Rodríguez, el órgano más representativo de esos años previos a la declaración de la independencia.

Los Años Posteriores a la Independencia

A partir de nuestro destino independiente se editan El Redactor del Congreso Nacional, La Crónica Argentina, El Observador Americano y El Independiente del Sud. Ya se ha consolidado también en este período la lucha entre líneas editoriales diferentes. El ejemplo más sorprendente es la irrupción fugaz de Al Avisador Patriota y Mercantil de Baltimore, dirigido por “un ciudadano de Buenos Aires” que pretendía defender “el honor de nuestras autoridades”, en respuesta al periódico homónimo estadounidense.

La lucha entre unitarios y federales tuvo su expresión en la prensa escrita. El Despertador Teo–filantrópico–místico–político y el Desengañador Gauchipolítico, ambos dirigidos por fray Francisco de Paula Castiñeda, fueron la cabal expresión del centralismo porteño, combatido por Dorrego y Balcarce desde las páginas del Boletín del Ejército contra el Gobierno de Santa Fe o por La Estrella del Sud. Algunas publicaciones independientes trataron de aportar paños fríos a la disputa y entre esos intentos merece destacarse la labor de El Argos de Buenos Aires de Santiago Wilde y especialmente La Abeja Argentina de Antonio Sáenz y Manuel Moreno, quienes dieron cabida a notas sobre astronomía, medicina y literatura.

En 1823 surgió La Gaceta Mercantil, que se convertiría luego en férreo defensor de la política de Don Juan Manuel de Rosas hasta Caseros, en 1852. Allí publicaron sus escritos Rivera Indarte, Pedro de Ángelis o Bernardo de Irigoyen, entre otros defensores del caudillo porteño, mientras periodistas como Esteban Echeverría o Domingo F. Sarmiento ejercían su labor desde el exilio. Algunas revistas proscriptas por el régimen punzó fueron El Grito Arjentino (sic) o El Iniciador, editadas por los opositores desde los países limítrofes.

Al mismo período corresponden también: La aljaba, dedicado exclusivamente al público femenino y dirigido por Petrona Rosende de Sierra; el Diario de Anuncios y Publicaciones Oficiales de Buenos Ayres de José Rivera Indarte, considerado como el primer periódico ilustrado del país; el Diario de Avisos de José Tomás Guido, el primero en el género publicitario, y la ya mítica revista La Moda de Juan Bautista Alberdi y Juan María Gutiérrez, de carácter satírico, precursora de la crítica cultural en la Argentina. Fieles a Rosas se mantuvieron, por el contrario: El Lucero; El Diario de la Tarde; El Restaurador de las Leyes y ¡La Federacion! Constancia Federal.

La Organización Nacional y el Fin de Siglo

Una de las publicaciones más importantes de los primeros años de este período: El Nacional, lanzó su primer número en 1852 y se mantuvo hasta 1893, con dos ediciones diarias: al mediodía y a la siesta. Dirigido inicialmente por Dalmacio Vélez Sársfield, albergó en sus páginas escritos de Sarmiento, Alberdi, Bartolomé Mitre y Miguel Cané. Un año más tarde apareció La Tribuna, fundado por los hijos de Florencio Varela, imbuido todavía del ánimo celebrante del triunfo de Caseros. Dejó de salir en 1884 y tuvo entre sus colaboradores a Adolfo Alsina.

La ironía y la mordacidad del periodismo político de entonces se lucieron en las páginas de El Mosquito desde 1863, que bajo la responsabilidad de Mayer & Cía. y luego de don Enrique Stein, conquistó al público durante 30 años con sus sorprendentes caricaturas. Esta línea sería cultivada luego por Caras y Caretas (1898–1941), dirigida por José S. Álvarez (Fray Mocho), destacado autor de crónicas costumbristas.

El primer periódico de extensa trayectoria que se mantiene hasta hoy: La Capital, editado en la ciudad de Rosario bajo la responsabilidad de Ovidio Lagos, surgió con el objetivo de promover a dicha ciudad como capital de la Argentina. Su primer número data de 1867; era vespertino y su salida se anunciaba con la estampida de un cañón.

Dos años más tarde José C. Paz funda La Prensa, otro diario de larga permanencia en el país. Bajo idea del fundador se construirá su espléndido edificio, hoy Monumento Histórico Nacional, dotado de un sistema neumático de correo interno que permitía enviar correspondencia de una oficina a otra. Las noticias importantes comenzaron a anunciarse con bombas de estruendo, reemplazadas luego por la tradicional sirena que anunciaba los grandes acontecimientos mundiales.

El tercero de los periódicos de larga vida en la Argentina que nace por estos años es La Nación. En 1862 había aparecido primero La Nación Argentina bajo la dirección del Dr. José María Gutiérrez, en defensa de la obra de gobierno del Gral. Mitre. En 1870 éste funda La Nación, que junto con La Prensa se convertirá en emblema de la generación del 80 y del liberalismo económico. La primera entrega salió a la calle con mil ejemplares desde la casa de Gutiérrez; tres meses más tarde la redacción se trasladó a la residencia particular de Mitre, convertida hoy en el museo que lleva su nombre.

En 1876, bajo la responsabilidad de quien fuera su editor inicial: Williams T. Cathcart, apareció The Buenos Aires Herald. Fue el primer periódico en el país que contó con un servicio cablegráfico regular con Europa por intermedio de la Agencia Hayas y con un servicio telegráfico trasandino.

El siglo XX

Cambios importantes se registran al comenzar el nuevo siglo: tecnológicos (implementación de rotativas y linotipias que reemplazan la composición manual); de política editorial (una mayor autonomía de las empresas periodísticas, aunque con inevitables cercanías o lejanías con los gobiernos de turno); estéticos y de diseño (empleo de titulares como síntesis de los artículos, fotos testimoniales y deslinde de avisos publicitarios en notables o clasificados).

En 1905 aparece La Razón, vespertino paradigmático que atravesó todo el siglo y que ha llegado hasta hoy bajo la modalidad de distribución gratuita. Con dos ediciones: la 5ª y la 6ª, dio respuestas a la ansiedad noticiosa que crecía con los años.

En 1913 nace Crítica de Natalio Botana, que llegó a vender 300 mil ejemplares. La asombrosa intuición periodística de su fundador, sumada a la pluma de redactores notables, al lenguaje sencillo y directo, al estilo entretenido, a una peculiar estrategia de ventas y a una inocultable vocación amarillista, hicieron de este medio un particular intérprete de la sociedad argentina de los años 20 y 30. Su gran error fue la adscripción al golpe de Uriburu, de la que Botana se arrepintiera luego públicamente.

El año 1928 marca el nacimiento del diario El Mundo, con un formato inédito para la época: el tabloide. A esta innovación sumará el costo a mitad de precio, las historietas populares y figuras de fuste como Roberto Arlt con sus “Aguafuertes porteñas”. Cerró en 1967.

En 1931 apareció Noticias Gráficas con la novedad de una doble página central ilustrada. La calidad de las imágenes y su despliegue fueron las notas más sobresalientes.

En 1945 Roberto Noble funda Clarín. En formato tabloide, con logotipo de tapa y titulares de algunas secciones en rojo, incluía deportes y espectáculos. El énfasis en temas locales y la acelerada distribución en los kioscos le permitió ganar lectores a otros medios y convertirse en uno de los diarios de mayor tirada del país, difusor en su tiempo de las ideas desarrollistas.

En 1963 Crónica sale a la luz por obra de Héctor Ricardo García, mientras Crítica deja de existir. Rápidamente se posiciona gracias a dos golpes de efecto: el tratamiento de un caso policial que conmovió al país (asesinato de Norma Penjerek) y la revelación de las respuestas de un concurso organizado por una marca de gaseosas que no quería publicitar en sus páginas. Con rasgos sensacionalistas y una alta cuota de dramatismo, se convertirá rápidamente en referente de los hechos policiales.

En 1971, época de cambios sociales en el país, Jacobo Timerman funda La Opinión, destinado a intelectuales, artistas, estudiantes y sectores progresistas de la clase media. Con una redacción brillante (que tiene entre sus firmas las de Horacio Verbitsky, Juan Gelman u Osvaldo Soriano), una cobertura especial de las noticias del denominado “Tercer Mundo” y un diseño refinado (sin fotografías pero con ilustraciones y caricaturas de Hermenegildo Sabat) La Opinión revoluciona el periodismo argentino.

Con el advenimiento de la dictadura militar la censura, clausura de medios, muerte y desaparición de trabajadores de prensa se convierte en moneda corriente. Como ejemplos: el asesinato de David Kraiselburd, propietario y director del diario El Día de La Plata y del Diario Popular; el secuestro y las torturas sufridas por Jacobo Timerman y la desaparición del escritor Rodolfo Walsh, creador de la agencia de noticias Prensa Latina. Paralelamente, crecen diarios dedicados a la información exclusivamente económico– bursátil: El Cronista Comercial, La Gaceta Financiera y en especial Ámbito Financiero, creado por Julio Ramos en 1976.

Con el regreso de la democracia aparecieron nuevos diarios de corta vida como La Voz en 1982 o Sur en 1989. Pero la gran innovación fue, sin dudas, la propuesta de Página/12 de Jorge Lanata. Con un estilo descontracturado, títulos donde se jugaban ironía e intertextualidad, espacios de debate y de investigación periodística, el diario estableció en poco tiempo un especial vínculo de complicidad con sus lectores. José María Pasquini Durán, Osvaldo Soriano, Osvaldo Bayer, Juan Gelman, Eduardo Galeano, Horacio Verbitsky y Eduardo Aliverti serían sus columnistas más prestigiosos.

A partir de los años 90 se registra en el país la aparición de los holdings, empresas que concentran en sus manos diversos medios periodísticos junto con otros negocios.

Hoy

Los avances tecnológicos son la nota dominante del presente. Los diarios editan sus ejemplares gráficos en paralelo con sus versiones on line, las que ganan fácilmente adeptos al ofrecer por Internet una actualización permanente de noticias. Al mismo tiempo, se observa un crecimiento de la credibilidad y el prestigio cobrado por los periodistas, devenidos hoy en claros exponentes de representatividad social.




0 comentarios: