Trabajo Práctico
Unificación del Estado Argentino
Proceso por el cual Buenos Aires se une a la Confederación.
La Batalla de Cepeda (23 de octubre de 1859, cañada de Cepeda, provincia de Santa Fe, Argentina) fue una de las dos batallas ocurridas en ese lugar. Se enfrentaron fuerzas unitarias de la provincia de Buenos Aires, separada del resto del país, y las tropas de la Confederación Argentina, genéricamente identificada con el partido federal.
El ejército porteño fue derrotado y tras varias negociaciones, se llegó a una transacción a través del Pacto Unión San José de Flores, que reincorporaba la provincia de Buenos Aires a la República Argentina.
Durante la presidencia de Justo José de Urquiza – el vencedor de Caseros – el país quedó dividido en dos. Hubo varios intentos de invasión sobre la provincia rebelde, pero Urquiza mantuvo una política de seducción, intentando convencer a los porteños de negociar su incorporación. Pero los sucesivos gobiernos porteños se negaron por completo. La Confederación, además, tenía serios problemas económicos que no lograba resolver; el comercio exterior seguía pasando casi exclusivamente por la aduana de Buenos Aires, que era – por mucho - la mayor fuente de ingresos fiscales del país, de modo que no podía sostener esa situación por mucho tiempo más. El enfrentamiento era tanto por posiciones ideológicas, pero sobre todo por el predominio político y económico, y el derecho a imponer su política económica a la otra parte.
El asesinato del gobernador de la provincia de San Juan, Nazario Benavídez por un gobierno amigo del de Buenos Aires inauguró la escalada hacia el enfrentamiento armado. La provincia fue intervenida por el gobierno nacional; el gobierno y la opinión pública porteña lo tomaron como una ofensa. El curso de los acontecimientos motivó que el Congreso de la Confederación dictase, el 1 de abril de 1859, una ley por la cual Urquiza debía reincorporar en forma pacífica la provincia disidente, pero si esto no era posible ordenaba emplear las armas a la brevedad. El 6 de mayo de 1859, una ley autorizaba al presidente a usar la fuerza para obligar a Buenos Aires a reincorporarse. El gobierno de Buenos Aires interpretó esta ley como una formal declaración de la guerra y en el mes de mayo, la Legislatura porteña dispuso repeler con sus tropas cualquiera agresión: el jefe del ejército porteño, coronel Bartolomé Mitre, recibió orden de invadir la provincia de Santa Fe, mientras los buques de guerra porteños bloqueaban el puerto de Paraná, la capital de la Confederación.
El ejército de la Confederación incluía 14.000 hombres, de los cuales 10.000 de caballería y 3.000 de infantería; estaba artillado con 35 cañones y obuses. El ejército de Buenos Aires reunía 9.000 hombres, de los cuales, 4.700 infantes y 4.000 jinetes, con 24 piezas de artillería. Las fuerzas de Mitre se apoyaban en el puerto de San Nicolás de los Arroyos, y las de Urquiza en el de Rosario. Ambos generales sabían que la batalla estaba ganada para la Confederación; en cuanto los federales dejaron de disparar sus cañones, reinó de pronto el silencio. Mitre lo hizo tapar con el Himno y otras piezas de música, mientras pasaba revista a sus tropas en la oscuridad. No necesitó mucho para saber que le quedaban muy pocas municiones. Los porteños habían perdido 100 muertos, 90 heridos y 2.000 prisioneros, entre los cuales 21 oficiales. También había perdido 20 cañones. Los nacionales, 300 muertos y 24 oficiales, entre muertos y heridos.
La batalla y el Pacto reincorporaron de derecho la provincia de Buenos Aires a la República Argentina. El medio negociado fue la revisión de la Constitución por una convención porteña. Redactadas hábilmente en tono moderado, fueron rápidamente aceptadas por la Convención Nacional. En la práctica, la reforma garantizaba a Buenos Aires la continuidad de las rentas de su aduana por seis años, y cierto control económico sobre el resto del país.
Batalla de Pavón. Buenos Aires triunfa.
La Batalla de Pavón (Pavón, provincia de Santa Fe, 17 de septiembre de 1861) fue una batalla clave de la guerra civil que dividió la Argentina durante el s. XIX. Significó el fin de la Confederación Argentina, y la incorporación de la provincia de Buenos Aires en calidad de miembro dominante del país.
El 5 de julio, el Congreso Nacional sancionó una ley, en la que acusaba a Buenos Aires de romper pactos amistosos anteriores en una actitud de sedición y en consecuencia, la asamblea facultaba al Poder Ejecutivo a intervenir en la provincia "a efectos de restablecer el orden legal perturbado".
Debido a la inminencia de la lucha, Urquiza se dedicó a organizar las tropas entrerrianas y correntinas, mientras Derqui -distanciado con el primero- se dirigía a Córdoba para equipar por su cuenta un ejército en el centro del país. Las fuerzas de Buenos Aires fueron confiadas al general Mitre, quien las concentró en Rojas, próximo a la jurisdicción de Santa Fe. Antes de emprender la nueva guerra fraticida, ambos beligerantes iniciaron negociaciones de paz por intermedio de representantes diplomáticos de Inglaterra, Francia y Perú. A una de las reuniones, celebrada a bordo de la nave inglesa "Oberón" fondeada en el puerto de Las Piedras -Santa Fe- concurrieron Derqui, Urquiza y Mitre.
Las tratativas continuaron aunque no se llegó a ningún acuerdo. El general Urquiza al frente del ejército de la Confederación -unos 17.000 hombres- inició su avance desde el norte, mientras los efectivos de Buenos Aires -22.000 hombres- a las órdenes del general Mitre penetraban en territorio de Santa Fe.
Ambas fuerzas chocaron el 17 de septiembre de 1861 en las proximidades del arroyo Pavón, donde se libró una encarnizada batalla que concluyó con el triunfo del general Mitre, mientras Urquiza sólo pudo salvar contingentes entrerrianos, con los cuales inició la retirada hacia su provincia. El vencedor avanzó hasta Rosario.
Presidencias fundacionales.
Las presidencias fundacionales tuvieron objetivos comunes, y sus características fueron: una política nacional, afianzamiento del orden institucional, terminar con las montoneras en el interior, importancia a la educación, estabilidad política e inestabilidad social, extensión de líneas férreas y política inmigratoria, fomentaron la economía agro-exportadora. Éstas fueron los mandatos de Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Nicolás Avellaneda.
Bartolomé Mitre: Su presidencia se resumía en el lema: “Nacionalidad, Constitución y Libertad”. Pretendía forjar una nacion unida bajo el imperio de la Constitución federal y que defendería la libertad civil, política y económica. Esto último sintetizaba los principios del liberalismo vigente entonces. Organizó la Corte Suprema de Justicia y los tribunales nacionales, adoptó el Código de Comercio de Buenos Aires y encomendó a Vélez Sárfield la redaccion de un código civil.
Domingo Faustino Sarmiento: Su preocupación fue la de “educar al soberano” para que votara responsablemente. Se propuso extender la enseñanza pública; fundó escuelas primarias y triplicó la cantidad de alumnos matriculados. Fundó en Paraná la Escuela Normal. El proyecto del presidente era reestructurar el Ejército y volverlo más profesional.
Nicolás Avellaneda: Debió hacer frente a problemas económicos. Sancionó la Ley General de Inmigrantes y Colonización, conocida como “Ley Avellaneda” y realizó la conquista del desierto.
Guerra del Paraguay
La Guerra del Paraguay ocurrida entre 1865 y 1870, ha sido uno de los más trágicos y dolorosos acontecimientos de la América Meridional, durante el siglo XIX. Llamada de la "Triple Alianza", fue un terrible enfrentamiento bélico donde la República Argentina, Su Majestad el Emperador del Brasil y la República Oriental del Uruguay, se unieron en alianza ofensiva y defensiva en la guerra promovida por el gobierno paraguayo de Francisco Solano López, presidente de dicho país.
Los orígenes de la guerra son variados y se vinculan con situaciones políticas y económicas relacionadas con la situación mediterránea del Paraguay, que lo llevó a establecer complicadas maniobras diplomáticas con Brasil, con Uruguay y con la Argentina.
El conficto se desecadenó en 1864, cuando el general uruguayo Venancio Flores invadió su país para tomar el poder. El presidente paraguayo, Francisco Solano López, aliado del gobierno uruguayo, denunció este hecho ante el gobierno argentino, del que Flores habría recibido apoyos. Mientras tanto, fuerzas brasileñas invadian territorio uruguayo en apoyo de los rebeldes. El mariscal López solicitó el permiso a Mitre para atravesar con sus tropas el territorio de Corrientes con el fin de combatir a los invasores brasileños. Como Mitres se negó, Paraguay declaró la guerra en marzo de 1865 e invadió Corrientes. Al mes siguiente, la Argentina, Brasil y Uruguay (en el que Flores había establecido un gobierno provisorio) firmaron el Tratadi de la Triple Alianza, por el que se acordó una alianza ofensiva contra Paraguay. El general Mitre asumió el mando de las fuerzas terrestres y Brasil aportó su escuadra.
Las primeras acciones fueron favorables al ejército aliado, que logró varias victorias. Ya en tierras paraguayas, las operaciones se tornaron lentas y difíciles por las características del terreno y por la capacidad defensiva de los paraguayos. A comienzos de 1868, Mitre debió regresar a Buenos Aires debido al fallecimiento del vicepresidente (como consecuencia de una epidemia de fiebre amarilla), y fue reemplazado por el marqués de Caxias. El comandante brasileño continuó el avance hacia Asunción, que cayó en enero de 1869. A pesar de este hecho, el mariscal López continuó resistiendo en la selva hasta que el 1º de marzo de 1870 fuerzas brasileñas le dieron alcance y lo asesinaron en Cerro Corá.
El 20 de junio se firmó el protocolo que puso fin a la guerra. El Paraguay perdió vastos territorios y casi el 90% de su población masculina.
Campaña del desierto
La conquista del desierto ocurrió durante la presidencia de Nicolás Avellaneda. Además de brindar popularidad y prestigio político a Roca, permitió al Estado argentino imponer su autoridad sobre los territorios arrebatados a los indígenas. De esa manera, pudo extenderse la cría de ganado para obtener los productos que demandaba el mercado externo (carne, lana y cueros).
Durante la administración de Avellaneda, el problema de las incursiones indígenas a pueblos y estancias se había agudizado. En aquel entonces se consideraba al indio como un obstáculo a vencer para poder incorporar sus tierras a la producción agropecuaria y aumentar las exportaciones.
Para solucionar lo que los contemporáneos denominaban el “problema del indio”, Adolfo Alsina propuso avanzar la línea de frontera gradualmente por medio del asentamiento de poblaciones y del establecimiento de una línea de fortines. Al fallecer Alsina, su lugar fue ocupado por Roca quien llevó adelante un proyecto distinto: atacar a los indios en sus bases por medio de una ofensiva general con tropas bien montadas y pertrechadas. Esa ofensiva general se inició hacia mediados de 1878, y contó con la presencia de alrededor de 6000 hombres de caballería con armas de última generación. La campaña fue exitosa, ya que muchos indios fueron muertos y se tomaron 3000 prisioneros.
Al año siguiente se inició la segunda fase de la operación, que constituyó un verdadero “paseo militar”. El exterminio fue casi total, y los pocos indios que lograron escapar quedaron arrinconados en los valles cordilleranos. Para junio de 1879, el general Roca finalizaba la campaña ocupando la línea del río Negro. De los grandes caciques indios, solo Namuncurá logró escapar y refugiarse en Neuquén, aunque se rindió en 1833.
Proceso que condujo a la Organización del Estado nacional en el que se relacionen los siguientes conceptos e ideas claves: Liberalismo – desierto – Mitre – estado – colonización – educación – censo.
Un proceso que conllevó a la organización del Estado Nacional fue el de las presidencias fundacionales. Éstas fueron las llevadas adelante por Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Nicolás Avellaneda.
El programa político de Mitre se resumía en el lema: “Nacionalidad, Constitución y Libertad”. Pretendía forjar la unión nacional del estado bajo una constitución donde se respetara la libertad civil, política y económica. Este último aspecto resumía los principios del liberalismo vigente entonces (garantizaba la propiedad privada, la libertad de trabajo, la producción de riquezas y la libre asociación gremial, la libre navegación de los ríos, la introducción y el establecimiento de nuevas industrias).
Sarmiento, por su parte, tomó la educación como herramienta fundamental para su política. De esta forma, el ciudadano podría votar responsablemente. Fue así que fundó numerosas escuelas, bibliotecas e instituciones educativas. También hizo votar al Congreso una ley para llevar a cabo el primer Censo Nacional.
Nicolás Avellaneda debió hacer frente a serios problemas económicos debido a la crisis mundial que estalló en 1873. Tal vez su principal medida de gobierno de Avellaneda sea la sanción de la Ley General de Inmigrantes y Colonización, en la que ordenaba en un solo texto legal todo lo relacionado con el tema de las migraciones. Durante la administración de Avellaneda, el ministro de Guerra, Adolfo Alsina se encargó de la campaña del desierto, la cual se llevó a cabo finalmente por Julio A. Roca. Tuvo como saldo la muerte de miles de indígenas y el exterminio casi total de ellos.
Bibliografía
Historia Argentina y América Latina (1770-1930), Santillana Perspectivas
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